9 CONSEJOS PARA CREAR UN BLOG LITERARIO
Tal vez estés pensando en crar un blog literario o incluso ya tengas uno.
Quieres compartir con otros lectores tu gusto por la literatura, hablar de tus autores favoritos, recomendar ese libro que tanto te ha gustado…
Y es fantástico, porque además de divertirte y conocer gente nueva, estarás aportando tu granito de arena al fomento de la lectura y a la difusión de la cultura. ¿Quién da más? Pero antes de que te lances, déjanos darte algunos consejos para que empieces con buen pie tu blog literario. Unos consejos que también te pueden servir para mejorar el tuyo si ya tienes uno.
1. Busca un buen nombre:
El nombre es como una carta de presentación y tiene que servir para que el lector sepa solo con leerlo de qué trata la página en la que está.
Puede que te parezca muy obvio usar las palabras «libros», «lectura» o «leer» en el título de tu blog, pero es necesario. No solo porque orienta al lector, sino también porque te ayudará con el posicionamiento.
Antes de crear un blog literario, aprovecha y piensa un subtítulo que defina todavía mejor que el nombre de qué va el blog. Por ejemplo, «reseñas de novela gótica» si piensas especializarte en un género en concreto.
Como casi siempre, menos es más. Al crear un blog literario, busca un diseño claro, donde resulte fácil distinguir las diferentes secciones del blog. No lo sobrecargues con banners, publicidad e imágenes.
Crea una estructura sencilla y lógica. Por ejemplo, un menú con las últimas reseñas; otro para los contenidos de otra índole, como entrevistas a escritores, concursos o novedades. Asegúrate de que resulta sencillo navegar entre las diferentes secciones.
3. Escribe bien:
Este consejo debería sobrar, pero por desgracia es frecuente encontrar muchos textos en internet plagados de faltas de ortografía. Por supuesto que siempre se cuela alguna errata, pero tienes que cuidar al máximo tu ortografía y gramática.
Si lees, si amas los libros, si te importa tu idioma cuida con mimo ese aspecto de tu blog. Tus lectores te lo agradecerán.
4. Escribe buenas reseñas:
Escribir buenas reseñas es todo un arte. Por suerte, se mejora con la práctica. Así que si tienes un blog y lo actualizas a menudo, mejorarás casi sin darte cuenta.
Pero recuerda, una reseña no es meramente una opinión. Debe proporcionar información útil sobre el libro y recoger los aspectos más relevantes sobre la lectura del mismo.
5. Incluye más que reseñas:
Tus lectores habituales te agradecerán la variedad. Y ampliar el foco te ayudará a atraer más visitas a tu blog. Así que publica más que reseñas. Puedes incluir entrevistas a autores y editores o una sección con tus opiniones sobre aquellos temas que te parezca interesantes relacionados con la lectura: el fallo de algún premio literario, presentaciones de libros a las que asistas, una reflexión sobre la importancia de una buena traducción… Hay miles de temas.
6. Incluye novedades:Cada día se publican cientos de libros. Puedes dedicar una sección a recopilar las novedades que te parezcan más interesantes. A tus lectores les encantará, porque les mantendrás al tanto del panorama editorial del momento. No hace falta que escribas una reseña de todas las novedades (sería imposible), pero puedes dar los datos del libro y enlazar a la editorial que lo publica.
7. Pon un buscador:Es básico. Tener un buscador facilita que un lector encuentre en tu blog lo que busca. Al principio puede parecer superfluo, total, tienes diez reseñas publicadas. Pero con el tiempo verás que los lectores lo usan sin parar.Relacionado con esto, al crear un blog literario no olvides mantener el orden. Crea categorías y etiquetas para agrupar las entradas y haz que sean accesibles desde un menú o desde la barra lateral. Eso permitirá que tus lectores se hagan una idea rápida de qué has publicado y puedan navegar fácilmente por sus categorías favoritas.
8. Haz contactos:Ten bien visible en tu blog un correo en el que se te pueda contactar. Así, cualquier persona interesada en colaborar contigo podrá contactarte fácilmente.
Pero no te quedes esperando a que nuevos contactos te escriban: sal a buscarlos. Pásate por otros blogs literarios, visita las redes sociales y deja comentarios. Piensa si existe alguna forma en que tú y el otro blogger podáis colaborar. Si la hay, propónsela.
Un blog es una excelente manera de conocer gente nueva con tus mismas inquietudes y una fuente inagotable de oportunidades interesantes.
9. Actualiza:Llevar un blog literario supone un enorme trabajo. Hay que leer, escribir las reseñas, permanecer al tanto de las novedades del mundo editorial, contestar comentarios, gestionar el correo, etc. Pero si has decidido dar el paso, no abandones a las primeras de cambio.
Crea un calendario editorial y cíñete a la frecuencia de publicaciones que marques en él. No hace falta que publiques todos los días, puede ser únicamente una vez a la semana. Pero si te comprometes a publicar los martes, que todos los martes haya un nuevo post tuyo en la red.
Ojo con convertir en realidad lo que reza el refrán: arrancada de caballo y parada de burro. La euforia del principio puede llevarte a actualizar a diario durante varias semanas para, transcurrido ese tiempo, darte cuenta de que ya no te queda nada que contar.
Pero no te quedes esperando a que nuevos contactos te escriban: sal a buscarlos. Pásate por otros blogs literarios, visita las redes sociales y deja comentarios. Piensa si existe alguna forma en que tú y el otro blogger podáis colaborar. Si la hay, propónsela.
Un blog es una excelente manera de conocer gente nueva con tus mismas inquietudes y una fuente inagotable de oportunidades interesantes.
Crea un calendario editorial y cíñete a la frecuencia de publicaciones que marques en él. No hace falta que publiques todos los días, puede ser únicamente una vez a la semana. Pero si te comprometes a publicar los martes, que todos los martes haya un nuevo post tuyo en la red.
Ojo con convertir en realidad lo que reza el refrán: arrancada de caballo y parada de burro. La euforia del principio puede llevarte a actualizar a diario durante varias semanas para, transcurrido ese tiempo, darte cuenta de que ya no te queda nada que contar.
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